Etiología: el culpable
El herpesvirus que ocasiona la infección que afecta a la especie canina es de la misma familia que otros herpes que afectan a otras especies, causando por ejemplo la rinotraqueitis felina, la rinoneumonía equina, la rinotraqueitis o el coriza gangrenoso de los bóvidos, la enfermedad de Aujeszky de los cerdos, o la varicela, el herpes o la mononucleosis humanas. Fue diagnosticado por primera vez en 1965 en Estados Unidos.
Los herpesvirus en general, y el herpesvirus canini tipo I en concreto, son muy frágiles, soportan mal las temperaturas elevadas y son sensibles a la mayoría de desinfectantes habituales. Sin embargo su replicación es muy rápida si tiene las condiciones favorables: entre 35 y 37 ºC y cierto grado de humedad; y estas son precisamente las características de los neonatos y de las "zonas frías" de los adultos, como las mucosas del aparato genital externo, oculares y de las vías respiratorias altas.
Sintomatología: la presentación
Los síntomas varían en los cachorros o en los animales adultos:
* En los cachorros de menos de tres semanas el cuadro cursa siempre de forma aguda con signos más o menos variables que incluyen dolor abdominal agudo, gemidos, vómitos, disnea, hipotermia, convulsiones... En la necropsia, las lesiones en forma de petequias son muy características si aparecen; si no, hay que recurrir a la anatomía patológica especialmente de los riñones.
* En los adultos puede manifestarse en forma de balanopostitis en el macho, y de vaginitis, abortos e infertilidad en la hembra.
* La denominada "tos de las perreras" puede ser una manifestación de herpesvirosis
Como la mayoría de virus es tremendamente oportunista, y ataca preferentemente a animales inmaduros (neonatos), inmunodeprimidos o debilitados.
La transmisión: el contagio
El contagio a partir de una madre enferma se puede producir:
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por vía placentaria, con lo que nos encontraremos ante reabsorciones, momificaciones, abortos o mortinatalidad
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por contaminación en el parto o postparto inmediato, lo que dará lugar a alta mortalidad en la camada, y que los supervivientes puedan ser "portadores sanos".
En un individuo infectado, el virus puede permanecer acantonado, especialmente en los ganglios, y reactivarse bajo ciertas circunstancias como estrés, frío, inmunodepresión, o simplemente por el estro o el parto.
Además es un virus poco inmunógeno, es decir, no provoca en el organismo defensas efectivas y duraderas; el nivel más elevado de anticuerpos se alcanza a los 15 días de la primera infección..
Los anticuerpos maternos protegen a los cachorros contra la enfermedad pero no impiden la infección. Con todo lo que llevamos dicho, ya empieza a quedar claro que no es un enemigo fácil de combatir, aunque pueda parecer débil a primera vista. Además en muchas ocasiones nos quedará la duda de si es causa o consecuencia del problema detectado.

El contagio puede ser durante la monta, en el momento de
l parto, o en la convivencia estrecha pues las fuentes principales de virus son los mucus vaginales y prepuciales, el semen, la saliva, las lágrimas, los esputos, la orina, las heces...
Hoy en día se ha diagnosticado en muchos países, entre ellos por supuesto España, con incidencias variables entre el 16 y el 78% de criaderos. En general se habla de que puede estar presente incluso en un 70% de los criaderos en los que hay problemas de reproducción... aunque también se han encontrado seropositividades en criaderos que nunca han tenido problemas reproductivos.
Diagnóstico: cómo descubrirlo
Otro de los problemas para situar realmente la significación del herpesvirus en la reproducción es que durante muchos años únicamente se ha dispuesto de la serología (determinación de anticuerpos en sangre) como método de diagnóstico y ello comporta muchos riesgos de falsos negativos, aunque durante este tiempo nos ha servido como una herramienta al menos orientativa. Hoy en día el diagnóstico por PCR (Polimerase chaín reaction) mediante la detección genética del virus que ya efectúan algunos laboratorios especializados sobre muestras concretas, nos permite un conocimiento exacto de la presencia o ausencia del virus. Esta prueba puede realizarse sobre el cadáver del neonato, sobre semen, sobre frotis, etc.
Un animal negativo a PCR es un animal seguro, pero de un animal positivo sólo podemos decir que tuvo un contacto con el virus, pero ¿es patológicamente peligroso?.
Tratamiento: la lucha
El tratamiento en los cachorros consiste en colocarlos en un ambiente a temperatura cercana a los 39ºC (a la que el virus no se puede replicar), rehidratarlos y nutrirlos de manera intensiva por vía parenteral (intraósea en neonatos) al tiempo que se evitan las infecciones secundarias.
En el animal adulto se intentan terapias con antivirales (aciclovir, etc) por vía general y tópica, con resultados variables e inconstantes.
Prevención: lo ideal
Como en cualquier virosis la mejor herramienta es la profilaxis, la prevención; para ello hay que recurrir a:
* Control de los individuos introducidos en el criadero:
- Los reproductores por el riesgo de transmisión venérea
- Los demás por el riesgo de transmisión aérea
* Control de las montas realizadas fuera del criadero
* Aislamiento de las hembras gestantes en parto y postparto, con condiciones adecuadas
* Posible interés de la cesárea en hembras infectadas para evitar el contagio en el parto
* Posibilidades vacunales
Precisamente es este punto de la vacunación preventiva uno de los que más novedades aporta en esta puesta al día que estamos haciendo. Ha aparecido en el mercado recientemente una vacuna contra el herpesvirus canino, aunque en muchos aspectos se aleja un poco de la imagen que mayoritariamente se tiene de lo que es y cómo funciona una vacuna "típica".
La vacuna contra herpesvirus se basa en la vacunación de la madre gestante para conseguir una elevación importante de sus anticuerpos que a su vez aseguren la protección de la camada a través del calostro.
Para ello se deberán administrar dos dosis vacunales, la primera entre el inicio del celo y el 10º día de gestación, y la segunda entre la 6ª y la 7ª semana de gestación.
Los resultados tanto a nivel experimental desde que se iniciaron los estudios hace varios años, como en la práctica sobre el terreno, son muy esperanzadores: las estadísticas indican, aparte lógicamente de la inocuidad tanto para madres como para cachorros, un aumento claro de la fecundidad de las hembras, una disminución en la mortalidad de los cachorros antes del destete, y consiguiente aumento del número de cachorros destetados.
La vacuna puede utilizarse tanto en hembras sanas como en infectadas.
En resumen
¿Qué incidencia tiene el problema en nuestro alrededor? ¿es herpesvirus todo lo que lo parece? ¿si hay un herpesvirus, es el origen del problema o se está aprovechando de otras circunstancias (higiene, etc)?.
Desde luego una cosa hay que tener clara: la vacunación contra herpesvirus sólo ayudará a resolver un problema.... de herpesvirus. Por tanto se precisa un diagnóstico certero previo, y valorar exactamente qué papel juega el herpesvirus en los problemas de reproducción ante los que nos encontremos.
Fuente: Antonio Prats y Amadeu Obach
Clinica veterinaria Rocaberti
Barcelona
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